La distribución del producto hace referencia a la forma en que los productos son distribuidos hacia la plaza o punto de venta en donde estarán a disposición, serán ofrecidos o serán vendidos a los consumidores; así como a la selección de estas plazas o puntos de venta.
Para distribuir nuestros
productos, en primer lugar debemos determinar el tipo de canal que vamos
utilizar para distribuirlos y, en segundo lugar, seleccionar las plazas o
puntos de venta en donde los vamos ofrecer o vender.
Canal directo o indirecto
En primer lugar debemos
determinar si haremos uso de canales de distribución o de venta directos o
indirectos:
Canal directo
Hacer uso de un canal
directo implica vender nuestros productos directamente al consumidor final sin
hacer uso de intermediarios.
Por ejemplo, hacemos uso
de canales directos cuando vendemos nuestros productos en nuestros locales
comerciales, a través de Internet, a través de llamadas telefónicas, o a través
de visitas a domicilio.
La ventaja de hacer uso de
este tipo de canal es que nos permite tener un mayor control sobre nuestros
productos o sobre la venta, por ejemplo, nos permite asegurarnos de que los
productos serán entregados en buenas condiciones, o de poder ofrecer un buen
servicio o atención al cliente.
Entre las desventajas de
hacer uso de este tipo de canal están la falta de cobertura, los mayores costos
que implica, y el hecho de no poder delegar responsabilidades.
Canal indirecto
Hacer uso de un canal
indirecto implica vender nuestros productos a intermediarios, quienes
posteriormente los venderán al consumidor final o, en todo caso, a otros
intermediarios.
Un intermediario puede ser
un agente (por ejemplo, una agencia de viajes, un broker, un agente de seguro),
un mayorista (por ejemplo, una distribuidora), un minorista (por ejemplo,
tiendas, bazares), o un detallista (por ejemplo, supermercados, grandes
almacenes).
Un intermediario que vende
a otros intermediarios normalmente se da en el caso de mayoristas (por ejemplo,
una distribuidora), que compran nuestros productos para luego venderlos a
minoristas o detallistas (por ejemplo, tiendas o supermercados), los cuales
finalmente venden los productos al consumidor final.
Selección de plazas o puntos de venta
Una vez que hemos
determinado si haremos uso de canales directos o canales indirectos (o una
combinación de ambos), para distribuir nuestros productos procedemos a
determinar cuáles serán las plazas o puntos de venta en donde serán
distribuidos, y luego ofrecidos o vendidos a los consumidores.
Si vamos a hacer uso de
canales directos, debemos determinar si vamos a ofrecer o vender nuestros
productos en un local comercial propio (o varios locales), si los vamos a
ofrecer o vender a través de Internet, a través de llamadas telefónicas,
visitas a domicilio, envío de correos, etc.
Y si vamos a hacer uso de
canales indirectos, debemos determinar quiénes serán nuestros intermediarios, a
qué tiendas o bazares vamos a ofrecerles nuestros productos, a que
supermercados o grandes almacenes apuntaremos, etc.
Al momento de elegir las
plazas o puntos de venta que utilizaremos, debemos tener en cuenta lo
siguiente:
- · El análisis de nuestro público objetivo: dónde y cuándo suele comprar productos similares o complementarios al nuestro.
- · El análisis de nuestra competencia: cuáles son los puntos de venta que utilizan, cuáles son los que mejores resultados les brindan.
- · Los puntos de venta utilizados por consumidores que pertenezcan al mismo segmento de mercado al cual nos vamos a dirigir.
- · Si contamos con el personal suficiente, la capacidad de abastecimiento, y los medios de transporte adecuados para hacer llegar nuestros productos de forma eficiente (en buenas condiciones) y oportuna (en el momento adecuado).
- · Es posible probar con varios puntos de venta, ir midiendo la respuesta de cada uno y, de acuerdo a ello, ir descartando los que no nos brinden buenos resultados.